No puedo saber con exactitud cómo se sienten los
sevillanos estos días, aunque sí que me puedo hacer una idea. Vivirán un
sentimiento amargo y tristeza, mucha tristeza. Tristeza como la que puede
sentir un novio que se queda en el altar esperando a alguien que nunca llega.
Esa impotencia que se siente cuando estudias durante meses para un examen,
llega el día, y te quedas en blanco. Esa rabia que te reconcome cuando luchas
durante toda tu vida por tus derechos y llega un día un Gobierno, que te los
quita.
El cielo debería haber dado una bienvenida cálida
a la Semana Santa en Sevilla. El tiempo debería haber hecho ese regalo a todas
esas personas que tienen esperanza y viven con intensidad unos días al son de
los tambores.
Pero no, es imposible. Es imposible que puedan
haber destellos de Sol cuando está llegando una borrasca inmensa que ataca con
dureza a toda España. Es imposible que los españoles sigan teniendo esperanza
cuando el PP nos la quita poco a poco.
Mariano Rajoy ha presentado los primeros
presupuestos de su gobierno. Presupuestos restrictivos, críticos, exigentes,
austeros y dolorosos que traen la borrasca a nuestro país.
Nuestras cuentas públicas sufrirán un ajuste de
27.300 millones de euros y los sectores más afectados, serán como no, los que
más nos interesan: Educación, Cultura y Sanidad. Y encima, llueve. Llueve y
seguirá lloviendo durante mucho tiempo hasta que alguien se decida a hacer algo
para recuperar la luz del sol.
¿Qué nos queda? Pues imitemos a los sevillanos. Ellos
no pierden nunca la esperanza y por muy oscuro que esté el cielo siempre siguen
mirándolo a la espera de algo; de que salga el Sol.
Elenita nada más
Elenita nada más
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