Nuestro día a día sin darnos cuenta se basa en lamentaciones absurdas que obstruyen por completo el rumbo de nuestra mente.
Creemos tener todo claro y en un segundo, todo se desmonta y el puzzle deja de encajar.
Estamos acostumbrados a ver en las películas que siempre existe un final feliz y que la paz es posible, y por ello idealizamos la vida, idealizamos la felicidad.
Nos preocupamos por temas inútiles, nuestra tarea preferida es comernos la cabeza continuamente por cosas absurdas que no trascienden nunca a nada.Creemos que haciendo eso, llegaremos a ser “felices” a tener una estabilidad, a no nadar entre la nada.
A todo el mundo le gusta mantenerse en equilibrio y no caer hacia ninguno de los dos lados, a todo el mundo le gusta que su vida no penda de un hilo, que sus decisiones marquen con fuerza el rumbo del camino.
La estabilidad es esencial, pero para conseguirla hay que pasar diferentes retos que la vida nos pone por delante día a día.
Si no confiamos en nosotros mismos, si no apostamos por nuestro caballo; difícilmente llegaremos a conseguir nada, difícilmente ganemos la carrera, difícilmente llegaremos al final de la meta.
Si tú mismo no crees en tus posibilidades, si tú no admiras tu persona; difícilmente conseguirás todo lo que te propongas, difícilmente llegarás a conseguir esa estabilidad a veces tan necesitada.
Sí tu mismo no crees en la paz, si no crees en la felicidad; difícilmente llegarás a tocar el cielo algún día, difícilmente conseguirás ese final feliz.
En este mundo, no existe LA felicidad sino que simplemente existe NUESTRA felicidad, la que cada uno de nosotros construimos día a día con una pieza nueva.
Mi mundo, mi felicidad, está compuesto por un trocito de cariño, de amor, de ternura…
Un trozo de sonrisas, de alegría, de felicidad.
Uno muy grande de familia, sentimiento, compañía..
Otro, repleto de amistades, miradas, complicidad.
Mil trocitos de recuerdos, viajes, momentos…
Otro que juega el papel más serio, el de trabajo, estudio, responsabilidad.
Otro más macarra, repleto de fiesta, desenfreno, lujuria..
Y mil trocitos más guardados para el futuro, bueno o más bien dicho para MI futuro.
¿Veis? Tampoco resulta tan difícil ser felices, sí,es verdad que no es tan fácil como lo pintan en las películas ya que nosotros probablemente no nos casemos con el príncipe azul, alomejor no podemos entrar en el gran Baile de la Cenicienta porque no estamos en la lista Vip y quien sabe alomejor al final el chico de nuestros sueños se convierta en rana
¿ Pero sabéis? Nos basta con tener claro qué piezas llenan nuestra vida día a día, nos basta saber que momentos nos hacen soñar, que personas nos hacen reír y que valores nos hacen avanzar.
A partir de ahí nuestra vida se puede convertir en la película más taquillera del mercado.
Sólo basta con creer
Soñar
Y sobre todo, QUERER.Elenita, nada más.